LA HISTORIA OCULTA DE LA CAMPAÑA PRESIDENCIAL DE 1993

por Francisco Recabarren Medeiros (Abogado de la Universidad Católica de Chile y profesor de derecho en la Universidad de Los Andes. En los años 1984-1989 fue representante de Chile ante la Unión Europea y en la Oficina Comercial de Chile en París. En 1990 trabajó en la Comisión Verdad y Reconciliación, designada por el Presidente Patricio Aylwin).


La elección presidencial de Diciembre de 1993 fue la primera en democracia después del gobierno de reconstrucción nacional. Pero no fue una verdadera elección democrática y ello está teniendo consecuencias hoy día. 

Por eso es importante que algún día la historia completa de esa campaña sea contada. Como una contribución a esa tarea pendiente, reproduzco aquí una selección editada de los editoriales del semanario "Sin Rodeos", que me correspondió fundar y dirigir durante el período octubre-diciembre de 1993.

El bloqueo informativo (6.10.93)

El diario La Segunda hizo un valioso aporte a la transparencia al publicar en estos días una investigación sobre la cobertura televisiva de las distintas campañas. Concluyó que, en la semana controlada, los candidatos de los bloques partidistas, Eduardo Frei y Arturo Alessandri, ocuparon el 99% del tiempo dedicado a la campaña presidencial, mientras que los candidatos José Piñera y Eugenio Pizarro tuvieron 10 segundos en un solo canal, y Manfred Max Neef y Cristián Reitze no fueron siquiera nombrados.

Otro estudio señala que el diario El Mercurio, en la quincena del 16 de agosto al 2 de septiembre, dedicó 25 notas informativas a Alessandri y sólo 6 a Piñera. Durante esa quincena no se publicó ninguna foto de Piñera versus 16 de Alessandri. 

Es irrefutable que la estructura de la crónica política del diario fue la de transmitir que existían sólo dos candidatos presidenciales, Frei y Alessandri. Durante ese período aún no existía ninguna encuesta válida sobre los candidatos, ya que se trata del período inmediatamente posterior a la inscripción de candidaturas.

Este bloqueo informativo a cuatro de los seis candidatos presidenciales, todos ellos inscritos legalmente en el Registro Electoral, impide el debate de las ideas y permite seguir sosteniendo el errado juicio de que no habrían diferencias entre los caminos posibles para lograr el progreso del país. Eso no es así.

El candidato presidencial independiente José Piñera ha planteado una batería de propuestas originales en materia de educación y salud (el subsidio a la demanda y competencia amplia de oferta), pobreza (crecimiento desde abajo fundado en la expansión de la microempresa), democracia real (poder a la gente para remover alcaldes y fiscalizar a las autoridades), regionalización (traslado de funciones del Estado a las regiones, estudio de instalar la Presidencia en Valparaíso, elección regional de Intendentes, capitalismo regional a través de fondos de capital de riesgo), corrupción (privatizaciones, desregulación, fideicomiso ciego del patrimonio de altas autoridades), delincuencia (pena de muerte por crímenes bestiales, subcontratación en el sector privado de rehabilitación de presos por delitos menores), política exterior (impulso de la integración latinoamericana a través de acuerdos económicos, tratados de libre comercio con países asiáticos) y muchas más.

¿Dónde está Frei? (27.10.93)

Pese a que sólo faltan seis semanas para la elección presidencial, todavía no se vislumbra ningún debate presidencial que incluya a Eduardo Frei. Se ha negado a debatir con el candidato independiente José Piñera, quien le ha ofrecido hacerlo en las condiciones que la gente de Frei determine. Este no parece comprender que los debates no son para la comodidad del candidato, sino que una muestra de respeto por el electorado quien tiene que emitir no sólo un voto libre sino también informado.

Lo insólito es que ahora se está negando también a confrontar, ante un mismo público, sus propuestas con los demás candidatos. 

Esta semana canceló su asistencia en dos ocasiones: la presentación del libro de Fernando Monckeberg sobre el subdesarrollo, a la que había comprometido su asistencia junto con Alessandri, y su participación en un Foro con 2500 jóvenes organizado por Gente Nueva. La semana anterior se había negado a participar en un Panel especial en el Congreso Iberoamericano de Ciencia Política. Tampoco aceptó un debate sobre el rol de la mujer, organizado por la Universidad de Chile.

Hoy, en las democracias occidentales, es un imperativo de las campañas el debate entre candidatos presidenciales. El Presidente de los Estados Unidos, George Bush, aceptó debatir en varias ocasiones por televisión con Bill Clinton y el independiente Ross Perot.

Franja al mediodía (3.11.93)

La televisión es clave en una elección presidencial. Es el único medio que tiene un candidato para llegar a ocho millones de votantes. Si sólo el dinero determinara el acceso a la difusión de mensajes políticos por televisión, 

se le negaría la posibilidad de competir en elecciones presidenciales a los candidatos que puedan tener buenas ideas pero escasos recursos económicos.

Para el plebiscito de 1988, la Concertación opositora señaló que si no había acceso igualitario a la televisión, "la votación no era válida". El gobierno militar respondió creando el concepto de "la franja televisiva gratuita". Algunos analistas han señalado que la Franja del NO fue el elemento determinante para el triunfo de esa opción.

Un año después nuevamente el gobierno militar aplicó escrupulosamente la franja. Durante los últimos 28 días de campaña, los candidatos presidenciales Aylwin, Büchi y Errázuriz pudieron transmitir su mensaje a la ciudadanía en un horario nocturno de alta sintonía. Cada candidato contó con casi siete minutos diarios dentro de un bloque de 20 minutos. El interés del electorado lo demostró el rating superior al 50%. 

Cualquiera habría esperado que en democracia este instrumento de equidad política se fortalecería aún más y que la coalición gobernante respetaría las reglas que les permitieron a ellos llegar al poder. Pero las cosas han sido muy distintas bajo el gobierno de la Concertación.

La primera señal extraña ocurrió cuando el Director del canal de gobierno objetó la franja argumentando que ésta debía ser pagada. Por cierto, esta postura jamás la expresó la Concertación el 88 o el 89. O sea, cuando ya están en el gobierno y cuentan hasta con canal de televisión propio, ahí pretenden negarle a sus opositores los derechos que la misma ley les había dado a ellos. Más allá de la discusión sobre si la franja debe ser gratuita o no, es evidente que la objeción es inoportuna a pocos meses de la elección, aunque conveniente para la coalición gobernante.

Ante el rechazo a esta maniobra, la Concertación echó pie atrás y si bien la incertidumbre se mantuvo hasta esta semana, finalmente quedó claro que habría franja (¡a sólo 14 días del inicio de ella!). A cada uno de los seis candidatos presidenciales, se le darán 3 minutos cada día (la mitad del tiempo del 89).

Pero entonces vino la trampa. Sorpresivamente el Comando Frei postuló que la ley no decía que la franja presidencial debía ir en un horario de alta sintonía (algo que había ocurrido ya en las dos elecciones previas y que es una regla del sentido común). Entonces propusieron que fuera un día en horario de alta sintonía (de 20:50 a 21:19) y el otro día en horario de baja sintonía (de 12:00 a 12:20), alternándose así con la franja parlamentaria.

Como era lógico, esta postura tuvo la decidida oposición de cuatro de los seis candidatos presidenciales, manteniéndose sospechosamente neutral el candidato Alessandri. Finalmente, la gente de Frei le puso a todos la pistola al pecho: o se aprueba como ellos lo quieren, aunque rompa el precedente histórico y sea injusto, o no hay franja.

La franja será entonces alternada en sus horarios. Con dos graves resultados. Primero, durante 14 de los 28 días la audiencia de la franja presidencial ha sido minimizada. Segundo, como Frei y Alessandri tienen franja parlamentaria, ellos sí podrán aparecer todas las noches en horario de alta sintonía mientras los demás lo hacen día por medio.

En conclusión, en un acto de abuso de poder se ha utilizado un resquicio legal para romper con la igualdad de oportunidades televisivas en esta elección presidencial.

Todavía no hay debates (3.11.93)

En esta campaña presidencial debería haber un gran debate acerca de cómo enfrentar problemas tan complejos como la delincuencia, el terrorismo y el narcotráfico.

En la más reciente encuesta Gémines se preguntó "¿Cree que Eduardo Frei debería aceptar un debate por televisión con Alessandri, con todos los candidatos, o con ninguno?". Un 51% contestó "con todos los candidatos". Un 19% "sólo con Alessandri" y un 28% "con ninguno".

La ciudadanía quiere que Frei debata por televisión con todos los candidatos pero él no escucha. No parece entender que este comportamiento le quitará legitimidad a su eventual triunfo y debilitará el título moral con el cual pretende ejercer la presidencia. Todo esto no es bueno para Chile.

Lo que permite la inexistencia de debates (10.11.93)

En la sesión-desayuno que sostuvo Eduardo Frei con la Asociación Nacional de la Prensa, fue consultado sobre el tema de la exclusividad del ejercicio periodístico. Esta es una de las propuestas del Proyecto de ley de prensa presentada por el gobierno de la Concertación al Congreso. Es un tema importante, ya que la norma atenta frontalmente contra la libertad de trabajo y equivale a una censura a las personas.

Sin duda en conocimiento de la postura contraria a esta norma de los miembros de la ANP, el candidato apeló a todos sus trucos para no dar una respuesta clara.

Primero, dijo que el tema "es complejo" (como casi todos los temas públicos). Después señaló, sin arrugarse, que estaba "abierto a un amplio debate sobre el tema" (la pregunta era cuál sería su postura a ese debate). Al insistírsele a Frei sobre cuál era su posición en esta controversia, resaltó que de ser elegido no podrá decidirlo todo, porque "no voy a ser dueño del país" (el proyecto de ley fue una iniciativa presidencial y hay que decidir si se mantiene o retira).

Es de presumir que a estas alturas la audiencia ya estaría exasperada, pero el inmutable senador prosiguió: "la función del Presidente de la República no es cortar cabezas sino ser un gran servidor" (¿qué tiene que ver con la pregunta?). Y finalmente: "hay opiniones respetables; busquemos un gran acuerdo; estoy dispuesto a sumarme".

¿Cuál es entonces la posición de Frei? Un misterio. Si es Presidente, puede optar por cualquiera, dependiendo de que le convenga.

La noche de la vergüenza (24.11.93)

La noche de este Jueves 25 de noviembre será la ocasión en que los candidatos Eduardo Frei y Arturo Alessandri no se atrevieron a confrontar sus ideas y propuestas en el único foro televisivo por cadena nacional en esta elección presidencial.

Será la noche en que dos políticos tradicionales pisotearán el principio de equidad y no discriminación al excluir a cuatro candidatos a la Presidencia de Chile de ese debate.

Que quede claro. Como lo declaró públicamente la directora de Comunicaciones de Televisión Nacional, el foro entre sólo dos candidatos, excluyendo a los otros cuatro, fue una iniciativa de los comandos Frei y Alessandri, no de los canales de televisión que transmitirán el evento (La Tercera, 20.11.93).

Dos personas que pretenden llegar al más alto cargo político del país han ejercido, entonces, una discriminación arbitraria contra cuatro candidatos que han cumplido con todos los requisitos que exige la ley para postular a la Presidencia.

Esta injusticia hiere el sentido de equidad de los chilenos y constituye una abierta violación a las reglas que estableció la Constitución y la ley para propender a una igualdad de oportunidades televisivas en las campañas presidenciales.

El candidato presidencial independiente José Piñera no sólo protestó frente a la opinión pública, como lo hicieron los otros candidatos excluidos, sino que demostrando su seriedad y apego al Estado de Derecho vigente, presentó un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago exigiendo que el foro sea entre los seis candidatos presidenciales.

Cualesquiera sea el resultado de este recurso, constituye un hito en la defensa de los principios democráticos que están siendo debilitados en nuestro país por las dirigencias de los partidos políticos dominantes.

Como lo ha denunciado incluso la senadora del Partido por la Democracia Laura Soto, estamos caminando hacia la "tiranía de los partidos políticos".

Estos abusos le restarán legitimidad moral al próximo gobierno y parecen ser el preludio de un período de decadencia moral y política en el país.

Fallo por la democracia (16.12.93)

En un fallo histórico, días antes de la elección, la Corte de Apelaciones confirmó que el candidato presidencial independiente José Piñera sufrió una discriminación ilegal e inconstitucional por parte de Televisión Nacional de Chile, la cual produjo un foro por cadena nacional que excluyó a cuatro candidatos presidenciales por petición expresa de Eduardo Frei y Arturo Alessandri.

El fallo señaló que José Piñera tuvo la razón en su tesis de la discriminación, confirmando que cada candidato tiene igualdad ante la ley y afirmando que el canal estatal, Televisión Nacional de Chile, tuvo la obligación legal de resguardar "el pluralismo y la democracia", por disposición del inciso tercero del artículo 1º de la ley Nº 18.838 (que establece el Consejo Nacional de Televisión).

El Tribunal expresó que el debate en cadena nacional fue un evento "único" y calificaron la exclusión de la participación en este evento como una discriminación "arbitraria" y "sin fundamento".

Dijo el Poder Judicial: "... no aparece que Televisión Nacional de Chile haya actuado positivamente en consecuencia con la referida obligación legal, y menos que haya intentado siquiera formular consideración alguna respecto de la exclusión de los restantes candidatos en el programa que aceptó producir y coordinar, debiendo y pudiendo haberlo hecho..., lo que sí hizo respecto de otras exclusiones que originariamente fueron planteadas por el representante de ambas candidaturas (Frei y Alessandri)...".

Agregó la Corte: "Lo que resulta objetable respecto del recurrido, es el carácter a priori único y excluyente del evento en que activamente participó... dejando de este modo al resto de los candidatos a Presidente de la República -entre los cuales se encuentra el recurrente (José Piñera)- sin igual oportunidad de haber expuesto sus planteamientos e ideas del modo y con la cobertura con que lo hicieron los candidatos señores Arturo Alessandri y Eduardo Frei...".

Citando el inciso segundo del Artículo 5º de la Constitución Política, "esta Corte estima procedente poner los antecedentes a disposición del Consejo Nacional de Televisión, organismo que es el encargado por la ley de conocer y sancionar en primera instancia las infracciones a las normas legales que regulan la materia".

Como el período electoral había pasado, la Corte concluyó que no tuvo poder para dar la protección legal solicitada y que "no resulta posible adoptar providencia alguna para restablecer el imperio del derecho y asegurar la debida protección al afectado".

Pero lo importante es que el Poder Judicial ha confirmado que el debate violó la Constitución a instancias de los candidatos Frei y Alessandri. 

Una campaña educativa hecha con la verdad (16.12.93)

La mala noticia es que las elecciones de 1993 pueden haber marcado el inicio de la "mexicanización" de la política chilena. Como es sabido, en México, desde el momento en que se "destapa" el nombre del candidato presidencial del partido de gobierno, el PRI, no cabe duda sobre la identidad del próximo mandatario. Todos los elementos de la campaña son arreglados para garantizar que el partido oficialista siga en el poder. La cobertura en los medios de comunicación, el abuso de poder del Estado, la gran desigualdad en el gasto de la campaña -sin claridad con respecto a la fuente de los recursos-, arreglos entre el gobierno y grupos sociales, amenazas de venganza política a aquellos que no aceptan el juego de siempre, todos estos elementos son manejados para evitar un cambio en el control del gobierno. La certidumbre del triunfo de Frei se logró a través de una sistemática interferencia en el desarrollo del proceso electoral antes del día de la elección, utilizando varios de los métodos aplicados en México.

Pero la muy buena noticia es que casi medio millón de votantes se atrevieron a votar por la candidatura presidencial independiente de José Piñera. Cabe destacar la extraordinaria votación de José Piñera (entre 20 y 25%) en las comunas de Santiago donde sus ideas pudieron ser conocidas por un electorado informado, lo cual incluso significó obtener la primera mayoría en muchas mesas, especialmente de jóvenes.

El 6.3% de la votación nacional es una votación porcentual más alta que la obtenida por la Democracia Cristiana en sus primeras cuatro postulaciones parlamentarias o por el ex Presidente Salvador Allende en su primera candidatura presidencial (sólo 5%).

Esta alta votación fue la gran sorpresa en esta elección. José Piñera logró la tercera mayoría entre seis candidatos (todos los demás con apoyos de partidos u organizaciones de carácter político) y superó ampliamente las encuestas y todas las expectativas. 

Lo más significativo es que esta votación se logró frente a grandes adversidades, como la exclusión del debate presidencial, el bloqueo informativo de los medios de comunicación, la carencia de una organización territorial y de recursos financieros, y la decisión de no llevar una lista parlamentaria.

Diciendo siempre la verdad y llamando las cosas por su nombre, fue impresionante constatar cómo se multiplicó su votación en las últimas semanas, cuando al final, a través de la franja de televisión, fue posible penetrar el bloqueo informativo. Para muchos votantes esa fue la única oportunidad de conocer sus ideas.

José Piñera no sólo ha demostrado con esta campaña su acendrado amor por Chile, sino que le ha hecho al país otro aporte invaluable: ha demostrado que se puede hacer una campaña presidencial diciendo siempre la verdad, sin demagogia ni oportunismo, planteando con fuerza ideas nuevas para resolver los viejos problemas del país, y con el inmenso atractivo de un estilo de hacer política anclado en la autenticidad y el coraje moral. 

Fue Alexander Solzhenytsin, quien afirmó: "El nivel político es pobre y mezquino; hay derecha e izquierda, pero no hay profundidad y altura". Con esta campaña presidencial, independiente de derechas e izquierdas pero sí preñada de profundidad y altura, José Piñera le ha abierto un horizonte de esperanza a todos los chilenos. 

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