Jefferson y sus dos verdades

Por José Piñera



La fortaleza de Estados Unidos radica, en gran medida, en las instituciones e ideas que le legaron sus Padres Fundadores. 

Entre ellos destaca Thomas Jefferson, autor de la "Declaración de Independencia" y presidente de su país, quien descubrió dos grandes verdades que están plenamente vigentes.

El sabio de Monticello afirmó: "La tendencia natural de las cosas es que el gobierno gane terreno y que la libertad se bata en retirada". Así estableció la permanente tensión entre el poder y la libertad, y conminó a los ciudadanos a que si valoraban esta última, había que permanecer en "eterna vigilancia".

Pero ese gran hombre también comprendió que para que una república sobreviva y prospere, se requieren líderes políticos de verdad. Y observó: "Cada vez que un hombre coloca un ojo deseoso en un cargo público, una podredumbre comienza en su conducta".

La frase clave es aquella del "ojo deseoso". Es fundamental y enaltecedor que hombres capaces y honestos postulen a cargos públicos, siempre que lo hagan motivados por el deseo de hacer el bien, en otras palabras, con un ojo limpio y sin el "ojo deseoso".

Pero si alguien lucha por el poder principalmente para lograr satisfacciones personales, entonces es inevitable que esa corrupción de las intenciones contamine el resto de su actuación. 

Sugiero meditar sobre las dos grandes verdades del sabio de Monticello.

P.S. La frase original es: "Whenever a man cast a longing eye on public office, a rot begins in his conduct". En los días en que buscaba la mejor traducción de "longing eye" (¿ojo ansioso, ávido, codicioso?), asistí, con mi hijo José, a una función de la ópera "La Boheme" en Washington. En aquel maravilloso segundo acto en el Café Momus, Musetta canta su famosa aria "Quando m'en vo" y utiliza, para describir la manera como la miran los hombres, una palabra italiana que fue traducida como "longing" . Me fui al día siguiente a una librería en Georgetown para encontrar el texto del aria en italiano e inglés. Puccini había escrito: "Cosi l'effluvio del desio tutta m'aggira, felice mi fa". Ahí estaba, "desio", "deseo", "ojo deseoso".

 

 

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